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Hay cosas en la vida tan fugaces pero que conmueven como el cuerpo de un niño tapado tras un accidente automovilístico, un joven vendiendo dulces artesanales a un conductor quien no acepta la oferta, pero ¿un joven con problemas psiquiátricos?, es impensable, pues aislarse de la realidad  no es cuestión de locos, es cuestión de sabios que exploran realidades alternas.


Tras una frívola angustia, una sonrisa acosadora se mostraba en posición fetal “Chacho”, como le gusta que le digan, acostado en la fría baldosa  y bajo la mesa donde se reciben a las visitas murmuraba suavemente “que los boten a todos inclusive a mí. Yo, yo no estoy loco, la locura la tienen ellos”. Desesperado y consternado  alzaba la voz mientras se levantaba  y miraba a todos lados, tal vez el motor oculto de todo esto que acontece es la sociedad, el combustible de cada impulso, de su forma de pensar.


¿Quién dice que la cordura no viste de vergüenza?, pues aunque  David daba mil piruetas, discursos inexorables y descargaba una serie de risas volátiles, ilógicas e impulsivas que dan la sensación de libertad,  pero que en él, al ocurrir tan seguido hace que todos entienden mal esa expresividad.


El mundo alterno de magia muestra lo que nadie puede ver, te acerca a un sub-realismo donde  las flores  pueden ser percibidas con su ser, pero su olor, su forma  y presencia para nuestros ojos  solo son simples ideas maniacas, que solo pueden ser pensadas como construcciones mentales abstractas e ilógicas.


Era hora de la terapia física y entre  saltos y piruetas nos dice que quieres estar en forma para poder trepar los muros y salir donde su familia. “Mi tiya es la que me viene a ver, siempre siempre. Para ella no soy raro, soy solo yo y ya, soy como todos”.  Salir y poder seguirla es lo que le ilusiona, pero pensar eso es de locos, no porque no sea posible, sino porque las medidas de seguridad no dan cabida para eso, o si pero solo  con un alocado plan.


Pero entonces deberíamos estar en el manicomio, pues diariamente realizamos locura por amor, atentando contra la propia vida, tomando  decisiones a la ligera, pero no. Los que están ahí saben lo que hacen; sienten y piensan como nosotros hasta mas, se arriesgan  ante las equivocaciones, pero ¿no es así como se aprende?, pues diría entonces que los mas locos  somos nosotros al no darnos cuenta el mundo de demencia en el que vivimos, donde las decisiones del mundo son tomadas por un solo país, donde no importa botar la basura  en cualquier lugar total el calentamiento global es considerado un mito, donde la tala indiscriminada y la caza de animales nos deja sin flora y fauna.


Ser considerado loco  tiene  sus beneficios pues hay cosas en la vida tan fugaces que solo hay que estar atento en esta ruta de la vida, tan feliz y genuina, pues el joven le retribuye con la misma sonrisa. Ya es mediodía tengo que regresar a la loca vida cotidiana.

Locura la tuya: ¿No entiendes?

Realizado por Miguel Romero

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