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UN FINAL SIN HISTORIA

Realizado por Érika Gonzalez

Sábanas pintadas de gotas de sangre, desgastadas, por su frecuente uso, niegan un poco de calor. Una mesa ya sin equilibrio sostiene los instrumentos que ayudarán ala intervención. Gente entra y sale por una puerta rechinante ignorando lo que pasa en la mente de Angélica.Nadie pregunta. Acostada en una camilla improvisada cuenta cada segundo que pasa, anhela que el tiempo corra y traiga consigo el sueño, pero su sangre se niega a transportar con prisa la anestesia.


Angélica tiene 19 años, y es una más de las 40.000.000 mujeres que según la OMS se practican un aborto en este año. Hace 6 meses en una clínica clandestina.


- Busqué entre mis amigas el mejor consejo que iba desde inyecciones, pastillas, intervencioneshasta armadores de ropa.


Su cabeza se inclina anticipando la salida de lágrimas. Con voz cada vez más tenue  y quebrantadaconfiesala razón que la orilló  a tomar esa decisión. Sus manos comenzaron a temblar, el frio invadió su cuerpo al recordarque fue un supuesto amigo quien la violó y la dejó embarazada.


- La desventaja del alcohol es que su exceso te roba parte de tu historia. Solo recuerdo que desperté desnuda y él estaba a mi lado.



Como un libro que solo tiene escrito el final de la historia es el recuerdo de aquel día para Angélica.


El miedo de ser juzgada y la vergüenza social  la hicieron callar y no denunciar el abuso. Como la mayoría de las mujeres víctimas de violación no esperan que su violador regrese, Angélica tampoco lo hizo.  Ningún perro orina en el mismo sitio.


Dos meses después del proceso menstrual más largo de su memoria, Angélica dominada por el miedo eligió el aborto por intervención. La búsqueda del lugar fue fácil.


- Solo bastó mirar las paredes de las calles aledañas a mi colegio. No es necesario acercarse se puede ver a distancia “Aborto seguro” con un número telefónico.


Una amiga del colegio la acompañó aquel día. En una hora acabóun embarazo de dos meses. Un hombre introdujopinzas por su vagina buscando a la historia perdida de Angélica, una historia que debe salir fragmento por fragmento, desarmando una historia que necesita serborrada.  La sangre no para de fluir al igual que los pensamientos de Angélica.  Su mente se abruma por el desmesurado bombardeo de juicios y justificaciones.


El reloj marca las tres de la tarde, desaparecieron las pruebas de aquel delito, de aquel error, de aquello que pudo ser pero no fue. El silencio inunda la habitación y el frio le comienza a robar calor.


- Aquel día no tenía miedo. No lo tenía yo, ese sitio esta
ba rodeado de miedos.



Desde pequeña le gustaron los rompecabezas, siempre le gustó unir cosas.Pudo unir todo lo que quiso pero menos su historia. Aquella pieza perdida se convirtió en un tatuaje grabado en su memoria, oculto del mundo pero evidente en su inconsciente.
Angélica finalmente susurra.


- Desearía no haberlo hecho nunca.

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